Duelo y dolor ante la pérdida de esa persona querida. Pero este dolor no es fácil de soportar al principio, ya que parece que es lo único que ha quedado. Porque esa persona ya no está, porque no permanece a tu lado como antes y ahora solo sientes nostalgia, pena, rabia, desorientación… emociones aparentemente carentes de la capacidad de evolucionar...Pero si te dejas ayudar, si por un momento, te abres a la posibilidad de una nueva piel… una nueva tela se va formando, fina al principio y robusta después...
Cuántas veces has sentido que necesitabas que te entendieran? que el mundo te diera la presencia que crees que todos necesitamos? y tal vez nunca se te ocurriera que pudiera ser al revés, es decir, que tú aportaras a través de tu identidad, el valor que tienes más allá de que te entiendan, gustes o incluso por encima de que te entiendas tú a ti misma. El poder del autodescubrimiento más el valor de la autoaceptación, frente a los demás, sus opiniones, sus gustos y su manera de entender...
El tiempo te supera, llega antes que tú a todos los sitios. Es como si estuviese en todos lados, una presencia que acapara… y sientes que no llegas, que una vez más, te faltan horas para hacer todo lo que tienes que hacer, lo que te has propueso o simplemente lo que tu mente había previsto.
Y te frustras y tratas de encontrar una explicación convicente:
Quizá los demás tienen menos obligaciones que tú.
Quizá tienen más tiempo para emplearlo como quieran.
Quizá tienes menos capacidad para ir más rápido y aprovecharlo mejor…
La Capacidad de crecer, de expandirte más allá de lo que la naturaleza te ayude, está en ti, en el desarrollo de tus cualidades, en el aprendizaje de otras nuevas y en el foco y empeño que pongas en ello. Como la tela de araña, tejida no solo para la supervivencia sino también para darle forma a la identidad y sujetarse en un mundo amplio en el que vivir y relacionarse, te proponemos a través de estos audios, una nueva manera de fortalecerte, de cuidarte, de disfrutarte, de encontrarte en un mundo, que cada vez más claramente, nos indica la necesidad de ser resilientes, es decir, fuertes, resistentes pero flexibles como el junco que con sus movimientos se adapta a las inclemencias y adversidades propias de la existencia. Y como la tela de araña, espero que con ello consigas diferentes puntos de anclaje, distintos puntos de apoyo que te proporcionen ese equilibrio y ajuste que te mereces para disfrutar y sentir seguridad, calma y la fuerza que te dan los factores protectores frente a factores de riesgo, como el estrés, la preocupación constante, la desmotivación y la pérdida de rumbo.